Así sería la eliminación de las cotorras a tiros en Málaga
Este método causa menos estrés a las aves que la captura con redes y su posterior eutanasia, que es lo que marca la ley. Se utilizarían escopetas de aire comprimido de corto alcance
Cotorras posadas en la rama de un árbol, en la capital malagueña. / Ñito Salas
IGNACIO LILLO / Málaga
Sábado, 24 noviembre 2018, 02:00
La única ciudad de España, y una de las pocas en el mundo que ha logrado erradicar las cotorras ha sido Zaragoza. Después de poner a prueba múltiples técnicas, fue el disparo directo a ejemplares adultos el que permitió acabar con el problema. De hecho, esta ciudad se cita en la comunidad científica como un ejemplo de cómo actuar frente a esta grave especie invasora, que en el caso de Málaga ya afecta a la fauna autóctona, a la población que vive cerca de algún nido y también empieza a ser problemático para los cultivos de la Vega de Antequera, entre otros.
Alberto Esteban, jefe de la Unidad Verde de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, fue el artífice del que está considerado el plan de erradicación más efectivo del mundo. Cuando explica cómo se actuó en la capital aragonesa, de entrada reconoce que este tipo de actuaciones hieren la sensibilidad de algunas personas, por lo que el primer paso es hacer una campaña divulgativa y de interacción con los ciudadanos, para que conozcan por qué es tan importante su control, sobre la base de los informes científicos y la normativa. «Después de explicárselo, el 98% de los ciudadanos eran favorables».
El programa de «control de adultos» se prolongó durante dos años. Comenzó como un ensayo en 2014, con sólo 100 ejemplares, y ya entre 2015 y 2016 fueron abatidos un total de 1.600. Esteban aclara que no fue necesario acudir a tiradores profesionales ni hacer un concurso público. El grueso de la tarea la hicieron entre tres técnicos del departamento, de los que sólo uno era aficionado a la caza y, por tanto, estaba acostumbrado al manejo de armas. En el caso de Málaga, donde el alcance del problema es mayor (se han censado unos 3.000 ejemplares) propone implicar a policías locales. En cualquier caso, funcionarios públicos capaces de hacer «disparos certeros», porque la prioridad es que el ave no sufra. La otra alternativa, la de capturarlas vivas con redes y trampas, para su posterior traslado en transportín a un centro zoosanitario y la eutanasia (que es lo que marca la normativa), es peor para el animal porque sufre mucho estrés; además de tener una menor eficiencia y un coste mucho más elevado.
El arma utilizada fue una carabina de aire comprimido, la misma que se puede ver en algunas atracciones de tiro al blanco en las ferias. Se empleaban a corta distancia, con mira telescópica y apoyadas sobre un trípode. «Siempre salíamos dos agentes de medio ambiente, uno exclusivamente dedicado al disparo, que debía montar el arma de la forma menos visible posible, y el otro a 30 o 40 metros, que indicaba la presencia del ave, vigilaba el entorno y recogía inmediatamente la pieza cuando caía. Los ciudadanos no debían ver animales muertos».
Las campañas se producían únicamente en primavera, concretamente en el mes de abril, que es la época de nidificación, antes de que hubiera puesta de huevos y el nacimiento de los pollos, para evitar que estos quedaran solos. En paralelo, una vez eliminada la colonia se retiraban los nidos de los árboles, «cuando ya sabíamos que no los iban a reconstruir».
El horario era principalmente de madrugada y a primera hora de la mañana, para evitar la presencia de vecinos, de lunes a domingo, y especialmente en días con mal tiempo, cuando no había nadie en los parques ni en las calles. De esta forma fue posible eliminar bandadas completas de una vez. El especialista concluye: «Una vez erradicadas las cotorras, en Zaragoza se escuchan otras especies de aves y la gente no las echa de menos».
Antonio Román Muñoz, profesor de Biología de la UMA que está especializado en cotorras, recalca que el ejemplo de Zaragoza se estudiará en los tratados de control de especies invasoras. «Llevo toda la vida estudiando las aves y las cotorras son un grave peligro, que causan daños sanitarios, ecológicos y a la agricultura». Coincide con su colega en que, en función de cómo se presente y se justifique esta actuación tendrá más o menos coste social. «No se trata de ir dando tiros por la calle, ese no es el mensaje, sino el discurso del sentido común, que tiene que estar bien contado a la población». Por ello, considera que los disparos son una actuación más que no debe descartarse en Málaga. «Es un método selectivo, rápido y elimina al ejemplar al momento».
Para este experto, lo más urgente es «acabar con la inacción actual», que es lo que ocurre actualmente, salvo por la retirada de nidos, que es contraproducente. «Málaga tiene capacidad para acoger muchas más cotorras, que generarán más presión sobre el entorno. El seguimiento de los daños es una buena herramienta para convencer a los ciudadanos de que hay que actuar». En la provincia hay unos 4.500 ejemplares de cotorra argentina, 3.000 de ellos en la capital, y a este ritmo de crecimiento el biólogo advierte de que serán 6.000 dentro de dos años y medio.
Fuente:
https://www.diariosur.es/malaga-capital/eliminacion-cotorras-tiros-20181124233106-nt.html